le había dedicado hasta un blog, directa, indirectamente, consciente o inconscientemente, había guardado en su retina hasta el más insignificante gesto y en su memoria estaban las largas charlas y paseos por la ciudad; aun conservaba ese papelito que le había regalado como recuerdo, durante todo este tiempo había sido su musa y le había sacado todo el hambre aunque ella no lo permitiera.
le dedicaba un gracias y un hasta luego, ese hasta luego que tanto deseaba…
sería ingenuo creer que no le importaba su respuesta,
sería ingenuo creer que no deseaba con todas las fuerzas que la viniera a buscar, que le dijera un decisivo SI con su mirada, con sus labios…
intuía que nada de eso pasaría, intuía que tenía miedo, ese mismo miedo que ella había sentido, ese miedo que la había paralizado, que no la había dejado gritar antes…
ya no sabía si le seguiría dedicando sus palabras directa, indirectamente, consciente, inconscientemente…
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